Ha sido una estancia inolvidable en un entorno inmejorable. El alojamiento está cuidado al máximo y está lleno de detalles. El patio es un oasis de paz y sensibilidad. María José Celemín es una persona única y extraordinariamente acogedora. PD: durante nuestra estancia compartimos el alojamiento con una pareja de colirrojos tizón y sus polluelos a los que no dejaron de alimentar a cada momento.