UN FIN DE SEMANA PERFECTO /
Despertar en Hanami House Boutique es un privilegio reservado a quienes buscan la calma auténtica. En pleno corazón del Valle del Jerte, esta casa con alma y diseño contemporáneo invita a detener el tiempo. Sus muros guardan la esencia de las antiguas casas del pueblo, combinada con el confort y la estética de un alojamiento boutique pensado para los sentidos.
El fin de semana comienza con una llegada tranquila a Navaconcejo. Tras cruzar la puerta de Hanami House, el viajero se sumerge en un ambiente sereno: madera, piedra, luz natural y detalles cuidados. Las habitaciones, amplias y cálidas, ofrecen el descanso perfecto tras el viaje. En el patio interior, el sonido del agua, la piscina con jacuzzi y los rincones chill-out dan la bienvenida a la desconexión.
El sábado amanece con un desayuno pausado y vistas al valle. Después, toca salir a explorar la naturaleza exuberante del Jerte: rutas por la Garganta de los Infiernos, baños en pozas cristalinas o paseos entre cerezos si es primavera. La casa ofrece también un pequeño gimnasio y espacios de lectura o meditación para quienes prefieren un retiro más tranquilo.
Al regresar, el cuerpo agradece el descanso en la piscina o en el solárium, mientras el sol cae entre montañas. Por la tarde, el patio se transforma en un espacio mágico: barbacoa, velas, conversación y buena música. Una copa bajo las estrellas completa el ritual del día.
El domingo invita a la calma: desayuno tardío, lectura en la biblioteca o un último baño antes de emprender el regreso. Hanami House Boutique no es solo un alojamiento, es una experiencia sensorial que conecta al viajero con la belleza natural del Valle del Jerte y con la sencillez de la vida bien vivida.
Un lugar donde el tiempo se detiene… y los recuerdos perduran.
EL ENTORNO: EL ALMA DEL VALLE DEL JERTE /
Entre montañas, gargantas cristalinas y extensos cerezales, el Valle del Jerte despliega una belleza que cambia con cada estación. En primavera, un manto blanco de flores de cerezo cubre el paisaje, creando un espectáculo natural único en el mundo: la floración del cerezo, símbolo de renovación y vida. En otoño, el valle se viste de rojos, dorados y ocres durante la otoñada, una celebración de color y calma que invita al paseo y a la contemplación.
El entorno natural es ideal para los amantes del aire libre: senderos entre bosques de robles y castaños, pozas naturales donde refrescarse en verano, y miradores que regalan vistas infinitas del valle. Además, los pueblos cercanos conservan la arquitectura tradicional de la zona y una calidez que se siente en sus calles, su gastronomía y sus fiestas.
Aquí, la naturaleza no se observa: se vive, se respira y se siente.
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