Nos alojamos dos días de agosto en Morphosis boutique home.
La experiencia fue excelente. El alojamiento está muy bien. Nos quedamos en el apartamento Alfredo que tiene una terracita increíble.
Patrícia, la anfitriona, nos dio un trato inigualable, nos hizo sentir como en casa y nos transmitió su pasión por la tierra, el vino y su profesión. Y además de agasajar nos con todo tipo de viandas y sus vinos y aceite, nos dedicó su tiempo con inmenso cariño.
Ha sido una experiencia única e inolvidable.
Por cierto, la historia de Morphose es preciosa y además sus vinos son muy ricos.
Si hubiera puntuación sería un 10 sobre 10.