Salamanca
Centro de conocimiento

Descubre sus parques naturales, callejea por sus conjuntos históricos y saborea su gastronomía charra.

La provincia de Salamanca está formada por un mosaico de paisajes que van desde las sierras de Béjar y Francia hasta las dehesas del Campo Charro, pasando por los campos de cereales y los cañones del Duero. Parajes salpicados de interesantes conjuntos históricos como la ciudad de Salamanca, rutas emblemáticas como la Vía de la Plata, arraigadas tradiciones y una gastronomía que tiene como producto estrella el jamón ibérico de Guijuelo.

En el bello entorno natural de la Sierra de Francia destacan pueblos como La Alberca, Miranda del Castañar, Mogarraz o Sequeros, que comparten las características de la arquitectura tradicional de la casa serrana. Sobresale La Alberca, por ser la primera población rural de España declarada Monumento Histórico-Artístico. El centro de la vida es su Plaza Mayor, de planta cuadrada y rodeada de soportales, y el edificio religioso más representativo, la Iglesia de la Asunción, del siglo XVIII.

En el sureste salmantino, el casco antiguo de Béjar es otro punto de interés cultural, declarado conjunto histórico-artístico. Su atractivo reside en el ambiente serrano de sus calles y en sus construcciones, como el Palacio Ducal, las murallas árabes, el Parque renacentista de El Bosque, iglesia de El Salvador o la plaza de toros, considerada la más antigua de España.

En el sureste salmantino, el casco antiguo de Béjar es otro punto de interés cultural, declarado conjunto histórico-artístico. Su atractivo reside en el ambiente serrano de sus calles y en sus construcciones, como el Palacio Ducal, las murallas árabes, el Parque renacentista de El Bosque, iglesia de El Salvador o la plaza de toros, considerada la más antigua de España.

Ciudad Rodrigo, a orillas del río Águeda, también ostenta el título de conjunto histórico-artístico gracias a su muralla medieval, el Castillo de Enrique II de Trastámara, sus palacios o sus iglesias, entre los que destacan la catedral de Santa María, la Capilla de Cerralbo o el Palacio de la Marquesa de Cartago.

En la ribera del río Tormes y cerca del Parque Natural de los Arribes del Duero, la villa de Ledesma presenta un conjunto amurallado de gran valor, con monumentos tan destacados como la iglesia de Santa María la Mayor o la Casa Consistorial. Su atractivo se completa con sus casonas, iglesias, su castillo y el Puente Mocho.

Otras localidades de interés de Salamanca son Peñaranda de Bracamonte, con sus tres plazas porticadas de arquitectura castellana; San Felices de los Gallegos, histórica plaza fronteriza entre Portugal y Castilla; Alba de Tormes y su Basílica de Santa Teresa; o Candelario y su singular arquitectura adaptada al relieve y a las condiciones meteorológicas, como sus características regaderas y batipuertas.

De la historia de Salamanca han quedado muchas huellas culturales que no puedes perderte si recorres la provincia. Uno de sus emblemas es el tramo salmantino de la Vía de Plata, ineludible para cualquier peregrino que se precie. Esta antigua calzada romana que enlaza el sur y el norte de la Península, pasa por localidades como Guijuelo, Béjar y la propia ciudad de Salamanca.

Otro pueblo más antiguo, los vetones, han dejado en Salamanca legados interesantes como los restos de sus poblados, ejemplo de ello es la muralla del castro vetón de Las Merchanas (Lumbrales), o los verracos, esculturas de piedra con forma de toro o cerdo, como el Verraco de Ledesma. También destaca la estación arqueológica de Siega Verde, en la comarca de Ciudad Rodrigo, considerado el mayor enclave de grabados paleolíticos de España.

Un buen complemento al viaje por Salamanca es coincidir con alguna de sus fiestas. Entre ellas destaca la Semana Santa de la capital, el Carnaval del Toro de Ciudad Rodrigo, la Loa de La Alberca, el Corpus Christi de Béjar con los Hombres de Musgo, la Matanza típica de Guijuelo, la Boda Típica de Candelario o las fiestas de Santa Teresa en Alba de Tormes.

La naturaleza salmantina no conoce la monotonía y presenta paisajes tan diversos como los cañones del Duero o los encinares del Campo Charro. La provincia alberga cinco espacios naturales protegidos a nivel regional: Arribes del Duero, Las Batuecas – Sierra de Francia, El Rebollar, Sierra de Candelario y Sierra de las Quilamas.

La Sierras de Francia y Béjar y la Meseta Ibérica también han sido declaradas Reserva de la biosfera. Los espacios naturales salmantinos son el escenario ideal para la observación de aves y la práctica de deportes al aire libre como mountain bike.

La ciudad de Salamanca es la capital de la provincia, admirada a lo largo de su historia por ser un centro de conocimiento universal. Sus calles llenas de jóvenes estudiantes nos recuerdan que aquí se encuentra la primera universidad que se creó en España y una de las más antiguas de Europa.

Un paseo por la ciudad vieja, declarada Patrimonio de la Humanidad, te llevará a rincones tan emblemáticos y bellos como la Casa de las Conchas, la Plaza Mayor, las Catedrales, la Casa de Lis o el Puente Romano sobre el río Tormes.

Hablar de la gastronomía charra es hablar, sobre todo, de carnes y embutidos, destacando el jamón de Guijuelo, la carne de morucha o el chorizo de Candelario, junto a platos como el farinato, el hornazo, la chanfaina, el tostón o el lechazo asado.

Las legumbres también tienen un gran peso en la gastronomía regional: garbanzos de Pedrosillo, alubias de La Alberca y lentejas de La Armuña. Otros productos y platos típicos son el queso de Arribes, el calderillo bejarano, el bollo maimón, las rosquillas de Ledesma y los vinos de la Tierra del Vino y Arribes del Duero.

Adéntrate en el interior peninsular y descubre una tierra de gran variedad paisajística, salpicada de bellos conjuntos histórico-artísticos, grabados paleolíticos, vestigios celtas, castillos, fiestas, mucha tradición y sabrosa gastronomía de carnes y embutidos. Salamanca, ¡una sabia elección!